El Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (IA), una norma diseñada para fomentar el uso responsable de esta tecnología en Europa entró en vigor el pasado 1 de agosto.
Según el despacho LOYRA-EJASO, esta legislación establece un marco que pretende equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos fundamentales.
La norma afecta a diversos sectores, incluyendo la industria del iGaming y el gambling, que están inmersos en una transformación tecnológica impulsada por sistemas de IA.
Evolución de la Inteligencia Artificial según expertos
De acuerdo con Luis María Latasa y Rodrigo López Crespo, expertos del despacho, la IA se encuentra actualmente en su segunda etapa evolutiva.
Mientras que la primera ola, en los años 80 y 90, se centró en el razonamiento simbólico, esta etapa está marcada por el aprendizaje automático o machine learning, donde las máquinas generan resultados con base en datos.
Se espera una futura tercera era en la que la IA funcione sin supervisión humana, lo que plantea nuevos desafíos regulatorios.
Clasificación de riesgos en la Inteligencia Artificial por la Comisión Europea
La Comisión Europea decidió regular la IA con un enfoque que protege los derechos de los ciudadanos frente a posibles riesgos y fomenta la innovación.
Para ello, la norma clasifica los sistemas de IA en cuatro niveles de riesgo:
- Riesgo mínimo o inexistente: Sistemas como filtros de correo no deseado o videojuegos que no están sujetos a obligaciones específicas, aunque las empresas pueden adoptar voluntariamente códigos de conducta.
- Riesgo limitado: Sistemas como chatbots deben informar claramente a los usuarios que interactúan con una máquina.
- Riesgo alto: Incluye sistemas con impacto en la seguridad, la salud o los derechos fundamentales, como herramientas de contratación o categorización biométrica. Estos deben cumplir requisitos estrictos, como garantizar supervisión humana y utilizar datos de alta calidad.
- Riesgo inadmisible o prohibido: Se prohíben sistemas que representan un riesgo inaceptable, como la puntuación ciudadana o técnicas subliminales.
Responsabilidades en la cadena de suministro de Inteligencia Artificial
Los actores involucrados en la cadena de suministro de IA (proveedores, importadores, distribuidores y responsables de despliegue) tienen diversas responsabilidades para garantizar el cumplimiento del reglamento.
Estas incluyen la elaboración de documentación técnica, el registro en bases de datos de la Unión Europea y la supervisión humana de los sistemas. En los casos de riesgo limitado, es obligatorio informar a los usuarios sobre la naturaleza de los contenidos generados por IA.
Preocupaciones sobre la innovación limitada por el Reglamento de Inteligencia Artificial
A pesar de sus objetivos, el reglamento ha generado preocupaciones. Los abogados del despacho señalan que podría limitar la innovación en Europa y colocar a las empresas en desventaja frente a otras regiones, ya que algunos fabricantes podrían evitar comercializar determinados sistemas en el continente.
Esto afectaría especialmente a sectores como el iGaming, donde ya existen fragmentaciones normativas a nivel nacional y local, como ocurre en España.
Sanciones propuestas en el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial
Otro aspecto controversial son las sanciones propuestas, que van desde el 3 % del volumen de negocios anual o 15 millones de euros, hasta 35 millones o el 7 % del volumen de negocios, en los casos más graves.
Según los expertos, aunque la armonización normativa es comprensible, la percepción de los empresarios es que estas medidas pueden generar un «efecto huida», donde los desarrolladores prefieran operar fuera de Europa.
Impacto del Reglamento de Inteligencia Artificial en innovación y competitividad
En conclusión, la IA es una tecnología disruptiva que seguirá evolucionando. El Reglamento Europeo busca sentar las bases para su implementación responsable, pero su impacto en la innovación y la competitividad de las empresas dependerá de cómo se ajuste y aplique en el tiempo.
En sectores como el juego, esta regulación plantea tanto desafíos como oportunidades en un mercado en constante transformación.












