En el Reino Unido, más de 100 parlamentarios del Partido Laborista pidieron al gobierno que aumente significativamente los impuestos al juego para destinar los fondos recaudados a combatir la pobreza infantil.
Los 101 diputados, que representan casi la mitad de los legisladores laboristas de base, firmaron una carta dirigida a la ministra de Hacienda Rachel Reeves. La propuesta surge del Grupo Parlamentario Multipartidista para la Reforma del Juego, liderado por los diputados Alex Ballinger y Becky Cooper.
Los cambios propuestos al juego en el Reino Unido
El Instituto de Investigación de Políticas Públicas (IPPR) del Reino Unido recomienda tres aumentos fiscales principales:
- Impuesto sobre el Juego a Distancia: subiría del 21% al 50%.
- Impuesto sobre las Máquinas de Juego: aumentaría del 20% al 50% para tragamonedas con premios en efectivo.
- Impuesto General sobre las Apuestas: se elevaría del 15% al 30% para apuestas deportivas y en línea.
Según las estimaciones del IPPR, estas medidas generarían 3.200 millones de libras esterlinas adicionales (unos 4.300 millones de dólares) en 2026-27. El dinero se usaría para eliminar el límite que permite a las familias solicitar prestaciones solo para sus dos primeros hijos. «Esta medida sacaría de la pobreza a 500.000 niños», asegura el instituto.
Argumentos a favor y en contra de subir impuestos al juego
Ballinger justifica la propuesta señalando que «ningún niño debería crecer en la pobreza mientras las empresas de juegos de azar siguen disfrutando de ganancias récord». Además, destaca que los daños del juego cuestan al erario público más de mil millones de libras anuales.
Sin embargo, el Consejo de Apuestas y Juegos, que representa a la industria, se opone firmemente. Argumenta que aumentar los impuestos al sector regulado fortalecería a los operadores del mercado negro, que no pagan impuestos ni ofrecen protección al consumidor.
«Cada vez que el Tesoro presiona al sector regulado, fortalece el inseguro mercado negro», asegura un portavoz del organismo.
La experiencia holandesa como advertencia
La industria cita el caso de Holanda como ejemplo de los riesgos de subir demasiado los impuestos. Tras aumentar las tasas del 30,5% al 34,2% en enero, los ingresos fiscales cayeron 40 millones de euros, contrario a las previsiones gubernamentales de un aumento de 100 millones.
El regulador holandés Kansspelautoriteit atribuyó esta caída a varias medidas restrictivas implementadas durante el último año, incluida la prohibición de publicidad no dirigida, nuevos límites de depósito y el aumento fiscal.
El secretario de Estado de Impuestos de Holanda, Eugène Heijnen, confirmó ante el Parlamento que «la estimación de ingresos se ha revisado a la baja este año», pero descartó introducir nuevas políticas para compensar la disminución.
Una propuesta con respaldo político
La propuesta cuenta con el respaldo del expresidente Gordon Brown, quien hizo un llamado similar el mes pasado. Los parlamentarios consideran que existe un «argumento convincente» para imponer impuestos específicos a los productos de juego en línea que consideran perjudiciales.
La decisión final quedará en manos del gobierno laborista, que deberá evaluar si los beneficios potenciales para combatir la pobreza infantil superan los riesgos de impulsar el mercado negro del juego.