Por Márllury Valdez Ruiz
Socia Fundadora de Terry & Valdez Abogados Corporativos,
abogada especialista en Derecho Corporativo, Tributario y Protección de Datos Personales.
www.tyvabogados.com.pe
https://tyvabogados.com.pe/casinos-y-juegos-de-azar
consultas@tyvabogados.com.pe
mvaldez@tyvabogados.com.pe
En el Perú, el tratamiento tributario aplicado al sector del juego revela una clara diferenciación normativa. Por un lado, las salas de casino y máquinas tragamonedas han estado sujetas desde hace años a un régimen especial de imposición, que en 2018 incorporó además el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC).
Por otro lado, las apuestas deportivas y los juegos a distancia recibieron recién en 2024 una regulación tributaria propia que incluye tanto el Impuesto a los Juegos a Distancia y Apuestas Deportivas. Es decir, aunque se trata de actividades de la misma naturaleza, la legislación ha optado por darles un tratamiento como si fueran dos industrias distintas, aplicando modelos de ISC muy diferentes: uno que grava la capacidad instalada en las salas físicas (2018) y otro que grava la transacción digital en línea (2024).
1) ISC A CASINOS Y TRAGAMONEDAS (2018) DEL PERÚ: UN TRIBUTO “ANTI-TÉCNICO” POR MÁQUINA O MESA
El Decreto Legislativo N.° 1419 (reglamentado por el Decreto Supremo N.° 341-2018-EF), publicado el 12 de setiembre de 2018 en Perú, incorporó a los juegos de casino y máquinas tragamonedas dentro del ámbito del ISC, vigente a partir del 1 de enero de 2019. A diferencia del diseño clásico del ISC, que grava el acto de consumo y se traslada al consumidor a través de un recargo en el precio, el modelo aplicado al sector de casinos y tragamonedas optó por un sistema específico de montos fijos, calculados por cada mesa de juego o máquina en explotación, en función de rangos de ingreso neto promedio mensual del establecimiento.
Basta que la mesa o máquina haya estado instalada para que surja la obligación incluso si no hubo un volumen real de jugadas. Este esquema ha sido objeto de severas críticas y cuestionamiento constitucional. En lugar de gravar el consumo, el ISC de 2018 funciona como un costo fijo vinculado a la mera explotación de mesas y máquinas, como si se tratara de un impuesto sobre la capacidad instalada y no un tributo indirecto, desconociendo la verdadera capacidad contributiva del operador.
Esta situación recuerda lo resuelto por el Tribunal Constitucional del Perú en su sentencia contenida en el expediente N.° 009-2001-AI/TC. En ella, se declaró inconstitucional el régimen del Impuesto a la Explotación de Juegos de Casino y Máquinas Tragamonedas regulado por la Ley N.° 27153, porque la alícuota del 20% sobre la ganancia bruta absorbía utilidades e incluso capital, vulnerando los principios de capacidad contributiva, razonabilidad y no confiscatoriedad. Ese precedente, específico para el sector, fijó parámetros que hoy resultan plenamente aplicables, pues el diseño del ISC de 2018 desconoce tales criterios al establecer un gravamen fijo no trasladable al consumidor, con efectos directos sobre el patrimonio y la liquidez de los operadores formales, al sumarse al impuesto específico ya vigente sobre la actividad.
2) ISC A JUEGOS Y APUESTAS A DISTANCIA (2024): UN MICRO-GRAVAMEN POR APUESTA
El marco legal de las apuestas deportivas y juegos en línea se consolidó con la Ley 31557 (2022) y fue perfeccionado en 2024 mediante el Decreto Legislativo N.° 1644, que incorporó estas actividades al ISC. Más adelante, su reglamentación fue aprobada a través del D.S. 254-2024-EF que estableció las disposiciones para su aplicación efectiva.
En este caso, el diseño del tributo se aproxima más a la lógica del ISC: se grava el valor de cada apuesta efectuada en plataformas tecnológicas autorizadas, incluyendo tanto dinero como bonificaciones valorizadas en dinero acreditadas a los usuarios. La obligación tributaria nace en el momento en que se debitan fondos para la apuesta, y las plataformas, domiciliadas o extranjeras, actúan como agentes de percepción responsables de declarar y pagar el impuesto.
La tasa se fijó de manera gradual: 0.3% entre enero y junio de 2025 y 1% a partir de julio de este mismo año. El diseño escalonado busca facilitar la asimilación de la medida por parte de la industria, dado que en la práctica el impuesto termina siendo asumido por la empresa operadora.
Este diseño también enfrenta cuestionamientos dado que, de no trasladarse plenamente al consumidor, el ISC se sumaría al Impuesto a los Juegos a Distancia y Apuestas Deportivas, generando una doble carga simultánea sobre el flujo bruto y sobre el margen neto.
Aunque la Sentencia del Tribunal Constitucional de Perú contenida en el expediente N.° 009-2001-AI/TC se refiere a las salas físicas, los principios desarrollados en ella resultan plenamente aplicables en este caso. Ignorarlos podría conducir a una carga tributaria excesiva perjudicial a la finalidad de promover la formalidad el sector.
CONVIVENCIA DE DOS MODELOS EN EL PERÚ Y EL RETO DE LA COHERENCIA REGULATORIA
El análisis comparado permite advertir que el ISC en casinos y tragamonedas (2018) y el ISC en juegos a distancia y apuestas deportivas (2024) carecen de uniformidad pese a tratarse de negocios de la misma naturaleza, contraviniendo los criterios de proporcionalidad e igualdad evitando distorsiones que fragmenten el tratamiento tributario. Así, mientras que en el ámbito físico el tributo no sigue el consumo y se configura como un impuesto al patrimonio al tratarse de un pago fijo por máquina o mesa; en el ámbito digital el ISC sí se vincula a cada apuesta realizada, mostrando mayor coherencia con la lógica de un impuesto selectivo.
Frente a ello, la sentencia del Tribunal Constitucional – expediente N.° 009- 2001-AI/TC, es referencia obligada, dado que todo tributo debe respetar la capacidad contributiva, la razonabilidad y la prohibición de confiscatoriedad. Ignorarla genera inequidad y afecta la base formal de una actividad económica que requiere altos niveles de control y supervisión estatal.
ISC: Two different designs for casinos and online gambling
The two selective consumption tax schemes reveal a regulatory challenge: fostering consistency and respecting operators’ contributive capacity.
Márllury Valdez Ruiz
Founding Partner of Terry & Valdez Corporate Law, specialist in Corporate, Tax and Data Protection Law.
In Peru, the tax treatment applied to the gambling sector reveals a clear regulatory differentiation. On the one hand, casino halls and slot machines have long been subject to a special tax regime, which in 2018 also incorporated the Selective Consumption Tax (ISC). On the other hand, sports betting and remote gaming only received a dedicated tax framework in 2024, which includes both the Remote Gaming and Sports Betting Tax and the ISC. In other words, although they are activities of the same nature, the legislation has chosen to treat them as if they were two different industries, applying very different ISC models: one taxing installed capacity in physical venues (2018) and another taxing digital transactions online (2024).
1) ISC on casinos and slot machines (2018): a “non-technical” tax per machine or table
Legislative Decree No. 1419 (regulated by Supreme Decree No. 341-2018-EF), published on September 12, 2018, incorporated casino games and slot machines into the scope of the ISC, effective as of January 1, 2019.
Unlike the classic ISC design, which taxes consumption and is passed on to the consumer through a surcharge in price, the model applied to casinos and slot machines adopted a specific system of fixed amounts, calculated per gaming table or slot machine in operation, according to ranges of the establishment’s average monthly net income. The obligation arises simply from having a table or machine installed, even if no actual volume of play has occurred.
This scheme has faced severe criticism and constitutional challenges. Instead of taxing consumption, the 2018 ISC functions as a fixed cost tied to the mere exploitation of machines and tables, effectively operating as a tax on installed capacity rather than an indirect tax, disregarding the operator’s true contributive capacity. This situation recalls the Constitutional Court’s decision in Case File No. 009-2001-AI/TC, which declared unconstitutional the Casino and Slot Machine Exploitation Tax under Law No. 27153. That tax’s 20% gross revenue rate absorbed profits and even capital, violating the principles of contributive capacity, proportionality, and non-confiscation. That precedent, specific to the sector, set parameters that remain fully applicable today. The 2018 ISC design ignores these standards by establishing a fixed levy that cannot be passed on to the consumer, directly impacting the equity and liquidity of licensed operators, in addition to the existing specific gambling tax already in place.
2) ISC on remote gaming and sports betting (2024): a micro-tax per wager
The legal framework for sports betting and online gaming was consolidated under Law No. 31557 (2022) and further refined in 2024 through Legislative Decree No. 1644, which incorporated these activities into the ISC. Later, its regulations were approved by Supreme Decree No. 254-2024-EF, setting out the provisions for effective implementation.
In this case, the tax design more closely aligns with the logic of the ISC: it taxes the value of each wager placed on authorized technological platforms, including both cash and bonus credits valued in money and credited to users. The tax obligation arises the moment funds are debited for the wager, with platforms—whether domiciled in Peru or abroad—acting as collection agents responsible for declaring and paying the tax.
The rate was established progressively: 0.3% from January to June 2025 and 1% as of July of the same year. The phased design seeks to ease the industry’s adaptation, since in practice operators ultimately bear the cost of the tax.
This model has also faced criticism, as failure to fully pass the ISC on to consumers results in an additional burden alongside the Remote Gaming and Sports Betting Tax, creating a dual charge simultaneously on gross flows and net margins.
Although the Constitutional Court ruling in Case File No. 009-2001-AI/TC addressed physical casino halls, the principles developed in that decision are fully applicable here. Ignoring them could lead to excessive tax pressure, undermining the goal of fostering formalization in the sector.
Coexistence of two models and the challenge of regulatory consistency
A comparative analysis shows that the ISC on casinos and slot machines (2018) and the ISC on remote gaming and sports betting (2024) lack uniformity despite addressing businesses of the same nature. This contravenes the principles of proportionality and equality, and risks creating distortions that fragment tax treatment.
In the physical sector, the tax does not follow consumption but instead operates as a levy on assets, since it is a fixed payment per machine or table. In contrast, in the digital sector, the ISC is tied to each wager, showing greater coherence with the rationale of a selective consumption tax.
In this context, the Constitutional Court’s decision in Case File No. 009-2001-AI/TC remains a binding reference, as every tax must respect contributive capacity, reasonableness, and the prohibition of confiscation. Ignoring these standards generates inequity and undermines the formal basis of an economic activity that requires high levels of state oversight and regulation.












