Con una política fiscal que exonera al jugador, licencias claras y un entorno legal que impulsa inversión y turismo, Portugal se convierte en un caso modelo para el juego presencial en Europa, en equilibrio con el auge online.
En un continente donde el juego presencial lucha por no perder protagonismo frente al avance imparable del online, los casinos físicos en Portugal, lejos de extinguirse, han encontrado nuevas razones para atraer público, impulsar el turismo y coexistir con un entorno digital que también crece a ritmo acelerado. En 2024, el país cerró el año con cifras récord tanto en casinos virtuales como en recintos presenciales, demostrando que la convivencia de ambos modelos es posible cuando se diseña una regulación moderna, equilibrada y con visión a largo plazo.
Fiscalidad competitiva
Portugal se distingue en Europa por concentrar la carga fiscal en los operadores, los cuales encuentran reglas claras, licencias accesibles y estabilidad fiscal, y no en los jugadores, lo que convierte al país en un destino atractivo tanto para jugadores nacionales como internacionales.
En concreto, el Imposto Especial de Jogo (IEJ) se aplica a los ingresos brutos del juego y varía según el tipo de juego y la localización del casino. Según datos de Serviço de Regulação e Inspeção de Jogos (SRIJ), en 2024, los casinos físicos generaron más de 286 millones de euros en ingresos brutos, con un crecimiento del 13% respecto al año anterior, impulsado en gran medida por el auge turístico y la confianza de los jugadores en un entorno libre de cargas fiscales.
La comparación con mercados vecinos es ilustrativa. En España, por ejemplo, desde 2012, los premios superiores a 40 000 euros en casinos físicos están sujetos a un impuesto del 20%. En Francia, los premios del póker pueden tributar hasta el 45% si se considera que el jugador actúa de forma profesional. Estas políticas suelen desalentar el juego presencial en favor de alternativas digitales o incluso extranjeras.
Modelo estratégico
El modelo fiscal portugués no solo alivia al usuario final, sino que potencia la competitividad de los casinos físicos portugueses en un mercado globalizado. Por ejemplo, en Estoril, uno de los complejos más emblemáticos de Europa, el número de visitantes internacionales aumentó un 22% en 2024, siendo el segmento de alto gasto (jugadores VIP) uno de los más fieles, atraído por la política de no tributación directa al usuario. Esta política también impacta en la percepción de transparencia y en la experiencia del cliente, reduciendo las fricciones legales o contables que pueden surgir en otros países.
La ventaja fiscal se ha traducido también en una mayor inversión en el sector físico. A inicios de este año, el grupo Estoril-Sol anunció una modernización integral del Casino Lisboa, con una inversión de más de 15 millones de euros en salas VIP, tecnología de seguridad y áreas de entretenimiento, proyectando un aumento del 18% en visitantes para el segundo semestre del año. De acuerdo a datos del Observador do Jogo, el 83% de las visitas a casinos físicos en 2024 incluyeron actividades no relacionadas directamente con el juego, lo que resalta su papel como centros de entretenimiento multiexperiencial.
Sinergia online y offline
En los últimos cinco años, el auge del juego virtual portugués ha sido innegable. De acuerdo al SRIJ, en 2024 el segmento online superó por primera vez la barrera de los 900 millones de euros en ingresos brutos, mientras que los casinos físicos reportaron 286.6 millones, lo que marca una clara diferencia en volumen, aunque no necesariamente en impacto directo sobre el mercado presencial.
El crecimiento de las plataformas digitales no ha desplazado al casino físico, sino que ha impulsado una segmentación más definida del usuario. Mientras que el perfil del jugador digital suele ser joven y multitarea, los casinos presenciales atraen a un público más diverso, incluyendo a turistas, jugadores de alto gasto (high rollers) y consumidores de experiencias integradas, como espectáculo en vivo, gastronomía y hotelería.
En tal contexto, la dinámica de crecimiento del juego virtual ha servido como catalizador para que los operadores presenciales replanteen sus modelos de negocio, como integrar nuevas tecnologías, experiencias personalizadas y servicios premium orientados al cliente internacional.
Sobre la recaudación, mientras que el online está gravado con tasas que van del 15% al 30% sobre el GGR, los casinos físicos pagan tarifas progresivas que dependen del volumen y la región, pero que suelen ser más bajas y estables, lo que ha permitido una recaudación más sostenida y predecible desde el sector presencial, al tiempo que se garantiza su competitividad.
Sin embargo, es indiscutible reconocer que los operadores tradicionales están explorando modelos híbridos regulados, donde el juego físico se complementa con *apps* de fidelización, reservas online de fichas VIP y plataformas interactivas para seguimiento de torneos presenciales.
Licitación visionaria
En Portugal se ha diseñado un marco legal robusto que favorece a los operadores presenciales mediante concesiones exclusivas establecidas por licitación pública. Estas concesiones, válidas por períodos de hasta 15 años, se otorgan para zonas de juego específicas como Estoril, Lisboa, Algarve y Póvoa de Varzim, exigiendo a los operadores compromisos de inversión y planes de desarrollo turístico sólido, lo que garantiza estabilidad legal, previsibilidad operativa y acceso a una clientela internacional sin competencia dispersa.
Además, la regulación portuguesa exige altos estándares de cumplimiento técnico, financiero y de juego responsable. Todos los concesionarios deben demostrar capacidad operativa, integridad y cumplir con protocolos de protección al consumidor como límites de apuesta y sistemas de autoexclusión. Asimismo, se exige inversión continua en infraestructura, tecnología y medidas de responsabilidad social, lo cual favorece un entorno seguro y profesional que distingue a los casinos presenciales en Portugal.
Desde la primavera de 2025, el estado ha abierto nuevas licitaciones para concesiones presenciales en zonas clave como Algarve y Póvoa de Varzim, lo que refleja la intención de modernizar y expandir el mercado presencial en línea con su reputación de estabilidad y seguridad legal. Esta renovación permite a operadores consolidarse o entrar nuevos actores bajo criterios claros.
Un caso a seguir
Portugal ha demostrado que el juego presencial puede no solo sobrevivir, sino prosperar en un entorno globalizado. Al priorizar al jugador con un esquema libre de impuestos, mantener un marco legal claro y fomentar la inversión con licencias estables y fiscalización técnica exigente, el país ha consolidado un modelo que equilibra competitividad, transparencia y sostenibilidad.
En ese contexto, Portugal es un destino competitivo para desarrolladores, inversores y plataformas internacionales que buscan expandirse en el mercado europeo sin las restricciones de otras jurisdicciones más rígidas. El caso portugués ofrece una hoja de ruta para otros países que buscan modernizar su oferta de juego sin sacrificar competitividad, ingresos fiscales ni responsabilidad social.
Portugal aposta alto
Com uma política fiscal que isenta o jogador, licenças claras e um ambiente legal que impulsiona o investimento e o turismo, Portugal está se tornando um exemplo para o jogo presencial na Europa, em equilíbrio com o boom online.
Em um continente onde o jogo presencial luta por não perder protagonismo frente ao avanço incessante do online, os casinos físicos portugueses, longe de extinguir-se, encontraram novas razões para atrair público, impulsionar o turismo e coexistir com um ambiente digital que também cresce a um ritmo acelerado. Em 2024, o país fechou o ano com número recorde tanto em casinos virtuais quanto em ambientes presenciais, demonstrando que a convivência de ambos modelos é possível quando se projeta uma regulação moderna, equilibrada e com visão de longo prazo.
Tributação competitiva
Portugal destaca-se na Europa por concentrar a carga fiscal nos operadores, que encontram regras claras, licenças acessíveis e estabilidade fiscal, e não nos jogadores, o que torna o país em um destino atrativo tanto para jogadores nacionais quanto internacionais.
Especificamente, o Imposto Especial de Jogo (IEJ) aplica-se à receita bruta do jogo e varia de acordo com o tipo de jogo e a localização do casino. De acordo com dados do Serviço de Regulação e Inspeção de Jogos (SRIJ), em 2024, os casinos físicos geraram mais de €286 milhões em receita bruta, um aumento de 13% em relação ao ano anterior, impulsionado em grande parte pelo boom turístico e pela confiança dos jogadores em um ambiente livre de cargas tributárias.
A comparação com mercados vizinhos é ilustrativa. Na Espanha, por exemplo, desde 2012, os prêmios acima de €40.000 em casinos físicos estão sujeitos a um imposto de 20%. Na França, os prêmios de pôquer podem ser tributados até 45% se o jogador for considerado profissional. Essas políticas frequentemente desencorajam o jogo presencial em favor de alternativas digitais ou mesmo estrangeiras.
Modelo estratégico
O modelo fiscal português não só proporciona alívio ao usuário final, como também aumenta a competitividade dos casinos físicos portugueses em um mercado globalizado. Por exemplo, no Estoril, um dos complexos mais emblemáticos da Europa, o número de visitantes internacionais aumentou aproximadamente 22% em 2024, sendo o segmento de alto gasto (jogadores VIPs) um dos mais fiéis, atraído pela política de não tributação direta ao usuário. Essa política também impacta na percepção de transparência e na experiência do cliente, reduzindo os atritos legais ou contábeis que podem surgir em outros países.
A vantagem fiscal também se manifestou em um maior investimento no setor físico. No início deste ano, o grupo Estoril-Sol anunciou uma modernização integral do Casino Lisboa, com um investimento de mais de €15 milhões em salas VIPs, tecnologia de segurança e áreas de entretenimento, projetando um aumento de 18% em visitantes para o segundo semestre do ano. De acordo com dados do Observador do Jogo, 83% das visitas a casinos físicos em 2024 incluíram atividades não diretamente relacionadas ao jogo, destacando seu papel como centros de entretenimento multiexperiência.
Sinergia online e offline
Nos últimos cinco anos, o boom do jogo virtual português foi inegável. De acordo com o SRIJ, em 2024 o segmento online ultrapassou pela primeira vez a marca dos €900 milhões em receita bruta, enquanto que os casinos físicos registraram €286.6 milhões, marcando uma clara diferença em volume, embora não necessariamente com impacto direto sobre o mercado presencial.
O crescimento das plataformas digitais não substituiu o casino físico, mas impulsionou uma segmentação do usuário mais definida. Enquanto o perfil do jogador digital tende a ser jovem e multitarefa, os casinos presenciais atraem um público mais diversificado, incluindo turistas, grandes apostadores (high rollers) e consumidores de experiências integradas, como espetáculo ao vivo, gastronomia e hotelaria.
Nesse contexto, a dinâmica de crescimento do jogo virtual serviu como catalisador para que os operadores presenciais repensem seus modelos de negócio, como integrar novas tecnologias, experiências personalizadas e serviços premium voltados ao cliente internacional.
Em relação à arrecadação, enquanto o jogo online é tributado com alíquotas que variam de 15% a 30% sobre o GGR, os casinos físicos pagam alíquotas progressivas que dependem do volume e da região, mas que geralmente são mais baixas e estáveis. Isso permitiu uma arrecadação mais duradoura e previsível do setor presencial, garantindo ao mesmo tempo sua competitividade.
No entanto, é inegável que os operadores tradicionais estão explorando modelos híbridos regulados, onde o jogo físico é complementado com apps de fidelidade, reservas online de fichas VIP e plataformas interativas para monitoramento de torneios presenciais.
Licitação visionária
Em Portugal, foi criado um quadro jurídico robusto que favorece os operadores presenciais através de concessões exclusivas estabelecidas por licitação pública. Essas concessões, válidas por períodos de até 15 anos, são concedidas a regiões de jogo específicas como Estoril, Lisboa, Algarve e Póvoa de Varzim, que exige aos operadores compromissos de investimento e planos de desenvolvimento turístico sólidos, o que garante estabilidade legal, previsibilidade operacional e acesso a uma clientela internacional sem concorrência dispersa.
Além disso, a regulação portuguesa exige elevados padrões de conformidade técnica, financeira e de jogo responsável. Todos os concessionários devem demonstrar capacidade operacional, integridade e cumprir com protocolos de proteção ao consumidor, como limites de aposta e sistemas de autoexclusão. Além disso, é obrigatório investimento contínuo em infraestrutura, tecnologia e medidas de responsabilidade social, promovendo um ambiente seguro e profissional que distinga os casinos presenciais em Portugal.
Desde a primavera de 2025, o estado abriu novas licitações para concessões presenciais em áreas-chave como Algarve e Póvoa de Varzim, refletindo a intenção de modernizar e expandir o mercado presencial online com sua reputação de estabilidade e segurança jurídica. Essa renovação permite que os operadores se consolidem ou incorporem novos operadores sob critérios claros.
Um caso a seguir
Portugal demonstrou que o jogo presencial pode não apenas sobreviver, mas também prosperar em um ambiente globalizado. Ao priorizar o jogador com um sistema isento de impostos, manter um quadro jurídico claro e incentivar o investimento com licenças estáveis e fiscalização técnica exigente, o país consolidou um modelo que equilibra competitividade, transparência e sustentabilidade.
Nesse contexto, Portugal é um destino competitivo para desenvolvedores, investidores e plataformas internacionais que buscam expandir-se no mercado europeu sem as restrições de outras jurisdições mais rígidas. O caso português oferece um roteiro para outros países que buscam modernizar sua oferta de jogo sem sacrificar competitividade, receitas fiscais nem responsabilidade social.