En Paraguay, el mercado de juegos de azar está por experimentar una transformación sin precedentes. La Comisión Nacional de Juegos de Azar ha dado inicio a un proceso de licitación que marca el fin de una era: la Quiniela Nacional, el producto de apuestas más arraigado en la cultura del país, dejará de ser explotado por una sola empresa.
A partir de 2026, hasta tres operadores diferentes podrán ofrecer simultáneamente este juego que forma parte del folclore paraguayo. La decisión representa un quiebre histórico con un modelo que, aunque cuestionado constitucionalmente, se mantuvo vigente durante décadas por razones prácticas y de mercado.
El producto estrella que genera millones mensuales en Paraguay
En Paraguay, la Quiniela Nacional no es un juego cualquiera en el portafolio regulado por Conajzar. Se trata del producto que más ingresos genera para el organismo fiscalizador, con un canon mensual que actualmente alcanza los 9.337 millones de guaraníes (aproximadamente 1,3 millones de dólares), cifra que se ajusta anualmente según el índice de precios al consumidor.
Este monto refleja no solo la popularidad del juego, sino también su profunda penetración en el mercado paraguayo. A diferencia de otros productos que concentran su actividad en zonas urbanas, la Quiniela mantiene presencia significativa en el interior del país, donde conserva características casi rituales en algunas comunidades.
La vigencia de este juego tradicional resulta notable en un contexto donde las apuestas deportivas online y los casinos digitales crecen exponencialmente. Mientras otras formas de juego luchan por mantener relevancia frente a la digitalización, la Quiniela demuestra resiliencia basada en décadas de arraigo cultural.
Un monopolio histórico que chocaba con la Constitución
Carlos Liseras, director de Conajzar, fue claro al explicar la paradoja que durante años caracterizó la explotación de la Quiniela Nacional. La Constitución paraguaya prohíbe expresamente los monopolios, pero en la práctica, el Estado otorgaba la concesión a una única empresa.
Esta contradicción entre el mandato constitucional y la realidad operativa se mantuvo por consideraciones prácticas: simplificaba la fiscalización, garantizaba ingresos estables y evitaba complejidades administrativas. Sin embargo, también limitaba la competencia y dejaba a los apostadores sin alternativas dentro del mismo producto.
La firma TDP, actual concesionaria desde 2020, ha operado bajo este esquema de exclusividad que ahora llega a su fin. Su contrato se extenderá hasta el inicio de 2026, cuando el nuevo modelo multioperador entrará en vigencia por un período de cinco años, hasta 2031.
Los detalles del proceso licitatorio
La licitación arranca formalmente el 17 de noviembre, cuando los pliegos de bases y condiciones estarán disponibles para su adquisición. El costo de acceso a la documentación se fijó en 100 millones de guaraníes (aproximadamente 14.100 dólares), una inversión inicial que no garantiza la adjudicación.
Conajzar estableció un calendario preciso para el desarrollo del proceso. Entre el 17 y el 22 de noviembre transcurrirá el período de adquisición de pliegos. Las empresas interesadas tendrán ese plazo para obtener la documentación y comenzar a preparar sus propuestas técnicas y económicas.
La presentación y evaluación de ofertas ocupará los últimos días de 2024 y el inicio de 2025. Entre diciembre y principios de enero, el organismo regulador analizará las propuestas recibidas, evaluando tanto la capacidad técnica y financiera de los postulantes como sus planes de operación y los beneficios que ofrecen al Estado.
Impacto en las finanzas públicas
El cambio de modelo tiene implicancias directas para los ingresos que el Estado percibe por la explotación del juego. Con tres operadores en lugar de uno, la estructura de canon deberá ajustarse para mantener o incrementar la recaudación actual.
Los 9.337 millones de guaraníes mensuales (1,3 millones de dólares) que actualmente aporta la concesionaria única representan un ingreso significativo para Conajzar. El diseño de la nueva licitación deberá garantizar que la suma de los cánones de los tres operadores al menos iguale esa cifra, considerando además los costos adicionales de fiscalización múltiple.
Esta dimensión financiera será crucial en la evaluación de propuestas. Conajzar deberá balancear el objetivo de fomentar competencia con la necesidad de asegurar ingresos estables que financien sus operaciones y cumplan con los compromisos de destinación de recursos que establece la ley.
Precedente para otros juegos regulados
La decisión de abrir a múltiples operadores la Quiniela Nacional podría sentar precedente para otros productos regulados por Conajzar. Si el modelo resulta exitoso en términos de competencia, innovación y recaudación, podría replicarse en otras modalidades de juego.
Este enfoque multioperador ya es estándar en varios mercados de la región para productos como apuestas deportivas o casinos online, donde la competencia entre múltiples licenciatarios se considera beneficiosa tanto para consumidores como para el Estado. Paraguay estaría adaptando ese modelo a su juego más tradicional.
El proceso que comienza ahora será observado de cerca por la industria regional del juego. Representa un experimento de liberalización controlada donde se intenta mantener regulación robusta mientras se introduce competencia real en un mercado históricamente cerrado.
Los meses cruciales que vienen
Entre noviembre de 2024 y enero de 2026 transcurrirá un período de transición fundamental. La licitación definirá no solo qué empresas operarán la Quiniela, sino cómo evolucionará uno de los juegos más emblemáticos del país.
Las propuestas que presenten los postulantes revelarán las visiones empresariales sobre el futuro de este producto. Algunas podrían enfatizar la preservación de la tradición, otras la modernización tecnológica, y probablemente las más competitivas buscarán combinar ambos aspectos.
Para Conajzar, este proceso representa su desafío regulatorio más importante en años. Deberá seleccionar operadores capaces de honrar la tradición de la Quiniela mientras la proyectan hacia el futuro, todo bajo un marco de competencia que es nuevo tanto para el regulador como para el mercado.












