Brasil está dando pasos firmes para sumarse a la tendencia global de los resorts integrados con casinos, una iniciativa que podría transformar el panorama turístico del país sudamericano. El ministro de Turismo, Celso Sabino, ha confirmado el compromiso del gobierno brasileño para avanzar en la regulación de estos complejos de entretenimiento, que combinarán hoteles de lujo, casinos, centros de convenciones y espacios de ocio.
Un nuevo modelo para el turismo brasileño
La propuesta del gobierno busca crear un marco legal que permita el desarrollo de resorts integrados similares a los que operan con éxito en destinos como Las Vegas, Singapur y Macao. Según Sabino, estos proyectos representarían una importante fuente de ingresos fiscales, generación de empleo y atracción de turistas internacionales.
«El presidente Lula ha dado luz verde para avanzar con el proyecto de resorts integrados, que incluirá casinos como parte fundamental de la oferta», señaló el ministro durante un evento reciente, destacando que la iniciativa cuenta con el respaldo del ejecutivo federal.
Impacto económico y beneficios proyectados
La implementación de este modelo podría generar significativos beneficios económicos para Brasil:
- Creación de miles de empleos directos e indirectos
- Aumento en la llegada de turistas internacionales
- Incremento en la inversión extranjera directa
- Diversificación de la oferta turística brasileña
- Mayor recaudación fiscal
Expertos del sector estiman que cada resort integrado podría generar entre 15,000 y 20,000 puestos de trabajo y atraer inversiones superiores a los 2,000 millones de dólares por proyecto.
Avances legislativos y próximos pasos
El proyecto de ley que regularía estos complejos ya ha comenzado su tramitación en el Congreso Nacional. Aunque Brasil ha mantenido históricamente una prohibición sobre los juegos de azar desde 1946, el escenario político actual parece favorable para una modificación de esta normativa.
El ministro Sabino ha enfatizado que la regulación incluirá estrictos controles para prevenir el lavado de dinero y la ludopatía, siguiendo modelos exitosos implementados en otros países.