El gasto en apuestas entre jóvenes de 18 a 25 años aumentó un 19% en los primeros tres meses del año, según cifras del Banco de Irlanda. Esto ocurrió a pesar de que el gasto total en juegos de azar bajó un 2%. ¿La razón principal? Eventos deportivos masivos, como el Festival de Cheltenham (una famosa competición hípica) y el Torneo de las Seis Naciones (rugby), impulsaron esta tendencia, especialmente entre los más jóvenes.
Hombres lideran el crecimiento en apuestas en Irlanda
Más del 70% de las apuestas fueron hechas por hombres, y los condados donde más creció la actividad fueron Wicklow (37%), Kilkenny (24%) y Limerick (20%). En contraste, las personas mayores de 65 años redujeron sus apuestas en un 8%, lo que muestra una brecha generacional clara.
Banco de Irlanda lanza bloqueo de pagos a casas de apuestas
El aumento del juego entre jóvenes preocupa por sus efectos en la salud mental, las finanzas personales y las relaciones sociales. Por eso, el Banco de Irlanda lanzó una medida para ayudar: bloqueos voluntarios en tarjetas de débito que impiden realizar pagos a casas de apuestas, casinos online, máquinas tragamonedas o loterías.
Esta herramienta, que pronto incluirá tarjetas de crédito, busca dar control a quienes quieren evitar caer en adicciones.
Cómo funcionan los bloqueos de pagos para juegos de azar
Si un cliente lo solicita, el banco bloquea automáticamente cualquier transacción identificada como juego. Según Áine McCleary, directora de atención al cliente del banco, esto ayuda a «tomar medidas positivas» para proteger el bienestar financiero y emocional.
La iniciativa fue respaldada por Oisín McConville, de GamblingCare.ie, quien destacó que ofrecer apoyo es clave para evitar que el juego problemático se convierta en una carga inmanejable.
Instituciones refuerzan medidas contra el juego problemático
Aunque el entretenimiento deportivo impulsa el gasto en apuestas, especialmente entre hombres jóvenes, las instituciones están respondiendo con herramientas concretas para prevenir adicciones y proteger a los más vulnerables. Un ejemplo de cómo la tecnología puede usarse para promover responsabilidad y salud financiera.