La Ley GENIUS, diseñada para regular las stablecoins (criptomonedas estables) en Estados Unidos, fracasó en el Senado. El proyecto, promovido por senadores republicanos y demócratas como Bill Hagerty, Kirsten Gillibrand y Cynthia Lummis, necesitaba 60 votos para avanzar, pero los demócratas bloquearon la iniciativa en el último momento. La razón principal: preocupaciones sobre los negocios cripto del expresidente Donald Trump y temores de que la ley no protegiera suficientemente contra riesgos financieros.
Su objetivo era regular las stablecoins y fortalecer el dólar
La Ley GENIUS buscaba dar claridad legal a las stablecoins (como USDT o USDC), usadas para pagos, y así fortalecer el dólar a nivel global. Para ganar apoyo, ya se habían añadido enmiendas más estrictas: requisitos exigentes para emisores de stablecoins y normas contra el lavado de dinero.
Aun así, los demócratas argumentaron que el texto no era suficiente, especialmente ante los vínculos de Trump con el sector cripto, que generaban dudas sobre conflictos de interés.
Republicanos critican el bloqueo de la Ley GENIUS en el Senado
Tras el bloqueo, el líder republicano John Thune acusó a los demócratas de obstruir sin razón: “Han sido complacientes en cada paso […] simplemente no lo entiendo”. Este choque refleja la tensión bipartidista en un tema clave: cómo integrar las criptomonedas al sistema financiero sin poner en riesgo a los usuarios.
Fracaso de la Ley GENIUS afecta la industria cripto en Estados Unidos
El fracaso de la Ley GENIUS es un golpe para la industria cripto, que esperaba regulaciones claras. Aunque el proyecto se veía como una vía “segura” (al centrarse en pagos y evitar temas polémicos como Bitcoin), su estancamiento deja a Estados Unidos en desventaja frente a países con marcos más definidos, como la Unión Europea.
Incertidumbre regulatoria en Estados Unidos tras rechazo
Por ahora, la situación sigue en el aire. Los promotores de la ley podrían reintroducirla con más ajustes, pero la desconfianza política y los intereses cruzados complican el camino. Mientras, la incertidumbre regulatoria persiste, afectando a empresas y usuarios de criptomonedas.