El 6 de enero de 2025 marcó un hito para la industria del juego en Paraguay. Ese día, el presidente Santiago Peña firmó la Ley 7438, una norma largamente esperada que transforma el modelo de explotación del juego en el país. Hasta ahora, el sector funcionaba bajo un esquema de concesiones limitadas, con monopolios operando en áreas clave como apuestas deportivas y loterías. La nueva legislación reemplaza ese sistema por uno competitivo, transparente y más alineado con los estándares internacionales.
Fin del monopolio: se abre el juego
La principal novedad de la Ley 7438 es la eliminación del monopolio en la explotación de los juegos de azar. A partir de ahora, podrán otorgarse hasta tres licencias por cada tipo de juego, lo que abre la puerta a múltiples operadores tanto nacionales como extranjeros.
Esto significa que empresas que antes no podían participar ahora podrán competir por licencias en igualdad de condiciones. El objetivo es promover una industria más dinámica, con mejores productos para los usuarios y una recaudación más eficiente por parte del Estado.
Una nueva arquitectura institucional
Otro punto clave de la reforma es la reestructuración del organismo regulador. La Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) pasa a estar bajo la órbita de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), lo que busca fortalecer sus capacidades técnicas, operativas y fiscales.
Con este cambio, se espera mejorar la trazabilidad del dinero, prevenir delitos financieros y garantizar que los operadores cumplan con los requisitos legales, técnicos y fiscales establecidos.
Contra la ilegalidad: más control y sanciones
Uno de los motores detrás de esta reforma es la necesidad de frenar el avance del juego ilegal. Según estimaciones de medios especializados, una parte importante del mercado paraguayo operaba en la informalidad, sin controles ni beneficios para el Estado.
La nueva ley establece duras sanciones para quienes ofrezcan juegos de azar sin licencia, autoriza el bloqueo de sitios web ilegales y permite el decomiso de equipos utilizados en actividades clandestinas. También se refuerzan las medidas de protección a menores, exigiendo sistemas de verificación de edad en todas las plataformas habilitadas.
Impacto económico y social
La liberalización del mercado paraguayo del juego tiene implicancias económicas directas. Se espera una mayor inversión privada, tanto en infraestructura como en tecnología, así como la creación de nuevos empleos vinculados al sector.
Desde el Estado, se proyecta un aumento en la recaudación fiscal, que podría destinarse a programas sociales y de salud pública. Además, el entorno competitivo obligará a los operadores a elevar sus estándares de seguridad, transparencia y responsabilidad social.
Un paso hacia el futuro
Paraguay se suma así a una tendencia regional e internacional: la modernización del marco legal para el juego. Países como Brasil, Colombia y Argentina ya han emprendido procesos similares, con resultados positivos tanto en recaudación como en regulación.
La implementación efectiva de esta ley será clave para consolidar el cambio. El desafío ahora recae en que las autoridades reguladoras puedan garantizar un proceso de licenciamiento claro y justo, y que los operadores cumplan con los más altos estándares del sector.
La Ley 7438 no solo pone fin a un modelo obsoleto, sino que traza un nuevo camino para la industria del juego en Paraguay. Un camino más abierto, competitivo y transparente, donde el principal beneficiario debería ser el ciudadano. Ahora, el éxito dependerá de una ejecución rigurosa y de una visión de largo plazo.